Plovdiv es la gran desconocida para el turismo internacional, y sin embargo la segunda ciudad de Bulgaria en población tras Sofía, alberga un destacado conjunto de monumentos y patrimonio para ver y visitar.
Antes de que Atenas o Roma deslumbrasen con su poder económico y cultural, o incluso de que estuviesen habitadas, la antigua Plovdiv ya existía como asentamiento, siendo una de las ciudades más antiguas de Europa.
HISTORIA DE PLOVDIV
Los estudios arqueológicos datan la presencia de asentamientos humanos en Plovdiv desde hace 8.000 años, pero con trazas de moradores ya desde el siglo XI a.C. Diferentes nombres han bautizado a la ciudad a lo largo de los siglos, como Evmolpia, Philippopolis (macedonios), Trimontium (romanos), Pulpudeva (tracios), Puldin (eslavos), Filibe, y hoy Plovdiv.
Es por su extensa historia que Plovdiv es considerada la ciudad europea más antigua y continuamente habitada y la sexta en el mundo.
El enclave de las tres colinas – siete si consideramos las más pequeñas- entre las que discurre el río Maritsa resultó tanto fértil como seguro para la defensa a las diferentes poblaciones y civilizaciones que lo habitaron.
A lo largo de sus más de 8.000 años de historia han sido muchas las huellas dejadas por sus ocupantes, pero fueron sin duda los romanos los que dejaron una gran impronta en la Trimontium de la época. Convertida en una urbe estratégica para el imperio, su población alcanzó las 100 mil personas que mezclaba tracios, griegos, judíos, bizantinos, soldados romanos veteranos, artesanos y comerciantes de Asia Menor y Oriente Medio.
El testimonio más antiguo de la ciudad proviene de los místicos tracios con su santuario en la colina más septentrional de Nebet Tepe, las primeras murallas de la época de Felipe II de Macedonia (342 a. C.) y una serie de yacimientos arqueológicos bien conservados de la época romana de la ciudad (siglos I-IV): Teatro Antiguo, Estadio Romano, Foro Antiguo.
Philippopolis vivió un periodo de esplendor en ese tiempo bajo el control romano y rebautizada como Trimontium- si bien les costó un siglo someter Plovdiv hasta el 45 a.C.-, extendiendo su espacio urbano de las colinas a las faldas y el río. El foro se convirtió en lugar de encuentro y comercio, el teatro y el estadio servían para el disfrute de espectáculos de ocio, y el sistema de acueductos, fuentes y alcantarillado dotó de comodidad y prosperidad a sus ciudadanos, con la presencia de termas y baños públicos o incluso privados en algunas domus y villas.
De hecho Plovdiv es la ciudad búlgara con el mayor número de mosaicos romanos desenterrados, algunos de los cuales se exponen en la Galería de Bellas Artes de Trakart, en una antigua casa romana -Domus Eirene-.
Durante los siglos I-IV. Plovdiv fue el mayor centro comercial de la provincia romana de Tracia, con su esplendor hizo que todos los cronistas la admiraran y la consideraran una bella urbe.
Con la llegada del Cristianismo Trimontium abrazó la nueva religión, y el obispado fijó su sede aquí. Numerosas iglesias fueron edificadas, algunas remodeladas como mezquitas con la llegada de los otomanos.
Pero antes, tras la caída del Imperio Romano, fueron los godos los que en el año 471 amenazaron Plovdiv. Gracias a un comandante llamado Basiliscus la ciudad resistió. pero la durante el periodo medieval, la historia de la ciudad estuvo marcada por acontecimientos dramáticos, como el asesinato del mismo Basilicus, erigido como emperador, por su predecesor Zenón.
Durante este período de diez siglos, la ciudad formó parte de Bizancio o del Estado búlgaro. La fortaleza siguió desempeñando un papel de defensa y la ciudad mantuvo su fama de gran centro comercial, a pesar de los ataques y la destrucción causados por las tribus bárbaras.
En el siglo XIV la península de los Balcanes fue conquistada por los otomanos y el destino de Plovdiv no fue diferente con la ocupación a partir del 1364. El aspecto de la ciudad cambió por completo, la fortaleza perdió su importancia, se erigieron las primeras mezquitas en detrimento de la arquitectura religiosa bizantina. Los vencedores otomanos se dieron cuenta de que se trataba de un lugar de sabiduría antigua, y ya en el siglo XV muchos poetas, curanderos, eruditos y magos famosos del Imperio visitaron la ciudad.
Durante el llamado Renacimiento búlgaro – que va desde 1762 a 1878 con la Liberación de Bulgaria tras la guerra ruso-turca de- Plovdiv vivió un periodo económico tremendamente próspero, cuyo resultado se observa con la construcción de suntuosas mansiones de la élite comercial asentada en la ciudad.
Ese empuje económico tuvo también su reflejo en el ámbito cultural, con el desarrollo del alfabeto eslavo y de la cultura búlgara o en la creación del teatro profesional; en lo religioso con la creación de la iglesia búlgara; y en lo político con el Movimiento por la independencia.
Nombrada como capital cultural de Bulgaria, desde entonces no han cesado los eventos de teatro, conciertos y eventos como el Festival Abierto de Ópera en el Teatro Antiguo, el Festival Internacional de Folclore, el Salón de las Artes de Otoño, y numerosas exposiciones.
Como merecido reconocimiento de esa trayectoria, Plovdiv fue Capital Europea de la Cultura 2019, designación que ha servido para proyectar el turismo de la ciudad búlgara.
QUÉ VER EN PLOVDIV
Siendo Plovdiv la segunda población en tamaño de Bulgaria tras la capital Sofía, resulta curioso que sea así mismo poco conocida.
El centro de Plovdiv no es muy grande y se puede hacer caminando. La calle peatonal Knyaz Alexander l conecta el antiguo foro romano con la parte accesible del estadio y la mezquita Dzhumaya. Al ser una calle comercial hay tiendas con casas de fachadas coloridas.
De hecho las tres áreas en las que se concentran los monumentos, restos o museos son básicamente tres: el casco antiguo y el barrio de Kapana; la calle Alexander I y la parte del los jardines Tsar Simeon.
Complejo arqueológico de Nebet Tepet
La ventaja de las colinas que despuntan en Plovdiv es que sirven de miradores, siendo Nebet Tepe un buen lugar para disfrutar de las vistas y al mismo tiempo situar el lugar en el que los tracios se establecieron.
Los restos excavados muestran apenas las bases de los cimientos de los edificios pero son significativos para interpretar por qué eligieron un punto elevado y más fácil de defender. Los macedonios y mas tarde los romanos reutilizaron Nebet Tepe, y los otomanos le dieron el nombre actual que significa “colina de los guardias”.
Se distinguen parte de las murallas reforzadas por los macedonios del rey Filippo II, padre de Alejandro Magno. Abierto todo el día y gratuito Nebet Tepe es un buen lugar para despedir el sol al atardecer.
La Plovdiv romana
Sin duda la ruta por los restos de época romana es uno de los mayores atractivos de Plovdiv. La presencia y buen estado de numerosos edificios permite dimensionar la importancia que tuvo la ciudad durante los siglos de dominio de Roma.
Teatro romano
El Teatro romano de Plovdiv es sin duda el espacio que genera más atención. Su buen estado de conservación y la localización proporcionan uno de los recuerdos más importantes de la visita a la ciudad. Restaurado en los 70 del siglo pasado, permitió sacar a la luz el teatro de la ciudad romana, cuya capacidad se estima en alrededor de 6.000 espectadores sentados en 14 filas de gradas.
Desde lo alto se puede disfrutar de una panorámica y fotografía gratuita, pero bien merece la pena entrar y caminas por sus gradas, o subir al escenario donde se interpretaban las obras de los autores clásicos.
Construido por Trajano en el siglo II d.C, fue dañado incursiones de los Hunos de Atila, aunque su uso se extendió hasta finales del siglo IV d.C., siendo también empleado para luchas de gladiadores, caza de animales y como sede de la Asamblea General de la provincia romana de Tracia.
En verano se suceden los conciertos y espectáculos, siendo uno de los lugares fijos del ocio musical y teatral de Plovdiv.
Estadio
Entre las colinas de Taksim Tepe y Dzhambaz Tepe se asienta el estadio. Los romanos, en época del emperador Adriano (siglo II), construyeron el perímetro del estadio de Trimontium, bajo la actual calle peatonal de Alexander I.
Descubierto en los años 20 y restaurado tras décadas de estudio, su capacidad era de 30.000 espectadores que acudían para las pruebas atléticas o las carreras de caballos que pugnaban por ganar recorriendo los 240 metros de largo del estadio.
En su origen los juegos celebrados en el estadio eran similares a los conocidos como Píticos de Delphi, en honor al dios Apolo, que según la leyenda había matado al monstruo Pitón. Más tarde pasaron a llamarse Alexandria-Pythia honrando a Alejando Magno, y ya con el emperador Heliogábalo en el 218 d.C. se dedicaron a la deidad Apolo Citaredo (Apolo tocando la cítara).
Solo se puede observar una parte (la curva norte, llamada Sphendone), en la plaza Rimski Stadion, junto a la mezquita Djumaya. Un espacio abierto permite divisar parte de las gradas con el detalle de la zarpa de leones en algunos peldaños, o parte de una muralla construida por Marco Aurelio, y del acueducto que estaba situado detrás del estadio.
Es posible acceder a la «arena» y uno de los accesos vomitorium, y conocer más sobre su historia gracias a un audiovisual y a una reproducción en piedra del estadio romano.
Foro romano
Entre el edificio de correos y el parque Tsar Simeon se encuentra la explanada que ocupaba el foro de Philippopolis. Sus dimensiones eran grandiosas y aunque solo le observen algunos restos de columnas y del odeón, sirve para ejemplificar el lugar habitual para el comercio y encuentros sociales de los ciudadanos de la ciudad romana.
Construido en el siglo I d.C. por Vespasiano está considerado el mejor conservado de Bulgaria y uno de los mejores de los Balcanes.
Basílica del obispo
Situada inmediatamente al lado de la catedral cristiana de San Luis (siglo XIX) se encuentra el museo que acoge los restos de la basílica del obispo. Recordemos que los romanos adoptaron el Cristianismo y al politeísmo griego y romano le sucedió el monoteísmo y la jerarquía de la Iglesia.
En Filipópolis existió un afamado taller de mosaicos local que adorna los suelos de los grandes edificios públicos y las casas de los ciudadanos adinerados. Y la basílica del obispo presenta un conjunto pavimentado de mosaicos extenso y rico en ornamentación.
En uso desde mediados del siglo IV hasta finales del siglo VI, tras su abandono se construyó un necrópolis cristiana en la Edad Media. Excavada a partir de 1982, el acondicionamiento de un edificio museístico ha permitido su conservación y la visita al enorme complejo basilical, uno de los mayores de los Balcanes.
La Pequeña Basílica
En la zona este de la ciudad romana, muy cerca de las antiguas murallas estaban tanto la pequeña basílica como la sinagoga judía. Como mencionábamos lo bizantinos resistieron el embate de los godos en el año 471 d.C. y gracias a la defensa del comandante Basilicus se resistió la invasión. Como agradecimiento los ciudadanos promovieron la construcción de una pequeña basílica en su nombre en el 475.
Un siglo después la basílica sufrió un severo incendio, y aunque reconstruida añadiendo un baptisterio fue de nuevo destruida y abandonada. En 1988 la construcción de unos apartamentos la permitió encontrar y desde 1995 es monumento de la ciudad. El gran trabajo de los arqueólogos y la construcción de un moderno para proteger los hermosos mosaicos paleocristianos, lo convierten en un lugar interesante para profundizar en la historia de Plovdiv.
En el baptisterio del siglo V se distingue una piscina bautismal en forma de cruz, realizada en mármol y decorada con finos mosaicos que representan un ciervo ( representa el alma del cristiano) y palomas (simbolizan el Espíritu Santo).
Murallas y acueducto
En numerosos lugares de Plovdiv se mantienen en pie las murallas griegas y romanas, especialmente protegiendo las colinas. También podemos hacer una parada en los restos del acueducto fuera del centro.
Puerta Hisar Kapia
El rincón de la puerta medieval Hisar en el casco viejo de Plovdiv es uno de los más bucólicos. Desde la colina la calle adoquinada baja por Tsanko Lavrenov, atravesando la puerta Hisar que formaba parte de la muralla romana, orientada al este.
De la época romana apenas quedan los cimientos de la puerta (probablemente del siglo II d.C.), alterada en la Edad Media y cuya remodelación corrió a cargo del Segundo Imperio Búlgaro. De ese mismo periodo (siglo XII-XIII) es la la torre cuadrangular exterior bajo el altar de la iglesia de San Constantino y Elena.
Con la invasión otomana la Puerta Hisar Kapia (en turco “Puerta de la Fortaleza”), que formaba parte del sistema de fortificación de la Acrópolis, perdió su importancia. Más tarde, en el siglo XVIII, se construyeron aquí las casas de la clase de comerciantes ricos que hoy observamos junto a la puerta.
Ruta otomana
De la época otomana son varios los testimonios que perduran en un Plovdiv del que se cuenta que llegó a tener una cincuentena de templos. La presencia de las mezquitas con sus minaretes siempre visibles desde cualquiera de las colinas y miradores ejemplifican el clima de tolerancia de templos del Islam aún en uso y abiertos.
La Mezquita Dzhumaya (mezquita del viernes) se encuentra junto a los restos del estadio romano, mientras que la mezquita Imaret vigila el río Maritsa a la altura del puente peatonal de Saedinenie.
Mezquita Dzhumaya
En 1369, durante el reinado del sultán turco Murad I, se construyó la mezquita de Dzhumaya sobre los restos de la catedral bizantina. Posteriormente, en el siglo XV, la mezquita fue reedificada, levantando un minarete de 23 metros de altura.
A diferencia de otras mezquitas y templos musulmanes, el acceso a Dzhumaya está permitido a todo el público -excepto en determinadas horas de oración-, siendo además gratis. En el interior -hay que descalzarse- sorprende la profusa decoración floral y geométrica, que parece beber de la tradición bizantina.
De noche la iluminación de la mezquita bien merece acercarnos de nuevo para disfrutar de la vista nocturna de Dzhumaya con su minarete y sus cúpula de plomo.
En uno de los laterales de la mezquita hay una cafetería en la que degustar café turco o té y una tienda de souvenirs, siendo un lugar vistoso bajo el corredor de madera de la fachada. Es muy recomendable la baklava que venden en su pastelería.
Monasterio de los Derviches
Otro de los lugares fascinantes es el monasterio de los derviches llamado Mevlevi Hane. Formaba parte de la comunidad religiosa persa de la Orden de los derviches danzantes o más conocida como «mavlevii».
Los otomanos aprovecharon la presencia de una iglesia cristiana en la falda norte de la colina Dzhambaz Tepe para sustituirla por el monasterio. El recinto constaba de una casa de oración-mezquita, una sala para danzas rituales derviches y varios edificios destinados a los dormitorios. A finales del siglo IX el monasterio fue abandonado y sólo se conservó el salón de baile ritual, llamado Tekke de los derviches danzantes de Jalal ad-Din Muhammad Rumi «Mevlevi Hane». Los frescos aún decoran zonas del antiguo monasterio, ejemplificando el baile anárquico de los derviches danzantes.
Actualmente hay un restaurante llamado «Paldin», especializado en eventos y banquetes. Si tenemos la opción de visitarlo podemos sugerir que nos dejen ver los restos de la antigua muralla romana en el sótano.
Museo de Arte Contemporáneo «Banya Starinna»
El Chifte Hamam fue un hamam -antiguo baño turco- del siglo XVI cerca de la parte norte de las Tres Colinas que estuvo en uso hasta los años 80 del siglo pasado. En 1999 se procedió a su restauración y paso a ser Centro de Arte Contemporáneo de Plovdiv.
Iglesias de Plovdiv
Además de los templos romanos y otomanos, en Plovdiv hay numerosas iglesias y templos ortodoxos y católicos dignos de mención y que podemos visitar durante la ruta. La visita suele ser gratuita si bien en muchas no está permitido sacar fotografías.
Iglesia de San Constantino y Elena
Junto a la Puerta medieval de Hisar está una de las más icónicas, la Iglesia de San Constantino y Elena. Su bonito patio fortificado, la torre del campanario aislada del cuerpo, y la fachada porticada preceden a una iglesia clásica ortodoxa, decorada con frescos del maestro Zahari Zograf, considerado el pintor más importante del Renacimiento Nacional Búlgaro.
Dedicada al emperador Constantino I el Grande -el primero en convertirse al cristianismo- y a su madre, su construcción es de época paleocristiana – sobre un templo romano-, siglo IV d.C. pero a lo largo de la historia ha sido dañada y reconstruida en numerosas ocasiones, la última en el siglo XIX, ensalzando el periodo de independencia.
Iglesia de San Demetrio
La iglesia de San Dimitri Mártir (o Dimitar) la encontramos junto a la casa Kilanty, visible si estamos visitando el teatro romano en la colina de Djambaz.
Pese a no ser muy antigua -finales del siglo XIX, 1.830 a 1.838- es fruto de la remodelación de una anterior levantada en 1230 durante el reinado del zar Iván Asen II.
Conviene fijarse en el es el iconostasio de mármol, siendo un caso peculiar y único en Bulgaria ya que tradicionalmente son de madera. También es apreciable la fuente de mármol con forma de cola de pavo rea o los iconos y reliquias de plata del siglo XVI-XVIII.
Iglesia Sveta Paraskeva
A poca distancia, la Iglesia Sveta Paraskeva queda a la sombra de las vistas que ofrece el mirador de la colina. Plovdiv y el río Maritsa se abren ante nuestros ojos, pero merece la pena no menospreciar la coqueta y pequeña iglesia de Santa Paraskeva.
Catedral Theotokos de Sveta Bogoroditsa
Subiendo por la calle Saborna que atraviesa el barrio de Kapana aparece la catedral Theotokos o de Sveta Bogoroditsa ( Asunción de la Santísima Virgen)
El emplazamiento no es casual ya que en su día fue un monasterio del siglo XII que, al calor de las defensas naturales de la colina, estaba parcialmente protegido.
La guerra contra los turcos dañó tanto el monasterio que durante el proceso de independencia se reconstruyó en 1844 por los maestros constructores de Bratsigovo con donaciones particulares.
Como hito histórico se menciona que en 1859 se celebró pro primera vez misa en búlgaro por primera vez, significando el nacimiento de la Iglesia búlgara.
En su interior destaca l iconostasio de la iglesia, una talla en madera y recubiertos de oro, con iconos obra de artistas de la época del renacimiento nacional, y frescos de santos ortodoxos búlgaros y líderes del movimiento de liberación. En el exterior sobresale el campanario de tonos ocres, financiado por los rusos que participaron en 1880 en la liberación contra los otomanos.
De paso se puede echar un ojo a la Iglesia de San Nicolás, de menores dimensiones pero curiosa con su iconostasio de 1355, al lado de las casas Andrey Georgiadi y Chalakov.
Iglesia Sveta Marina
Bajo el teatro romano encajonado en la colina está la iglesia de Sveta Marina, original de 1561 pero que sufrió un incendio en el 1783. El campanario de madera- separado ya que se construyó más tarde- y el iconostasio del interior son dos buenas razones para visitarla.
Finalmente, menos conocida y alejada del bullicio, la iglesia de Santa Nedelya, con su gran iconostasio tallado en madera, se encuentra bajando por la vía «Tsanko Lavrenov» -pasada la puerta Hisar y la casa Nedkovich.
Tampoco podemos negar la presencia de la catedral católica dedicada a San Luis, situada junto al edificio que custodia los mosaicos de la basílica del obispo.
Casas del Renacimiento Búlgaro – Museos y casas privadas
Las coloridas fachadas con esgrafiado, los sublimes techos de madera tallada, o el lujoso mobiliario del interior definen el amplio conjunto de casas del Renacimiento Búlgaro. Hoy muchas de ellas están abiertas al público como museos, permitiendo observar el poder y riqueza amasados por los comerciantes de Plovdiv entre mediados del XVIII y el siglo XIX.
Además de las vistosas fachadas, algo que servía para presumir entre las familias de comerciantes eran los nichos «a la francesa» (alafrange), o el número de ventanas, algo que equivalía al nivel de riqueza de sus dueños. Por este motivo se competía por tener más ventanas
El listado de las casas es numeroso y a menos que queramos verlas todas en la ruta por Plovdiv lo mejor es pasear y encontrarlas de paso por las calles empedradas de la zona vieja, siendo sus coloridas fachadas, el mobiliario, los frescos y decoración interior o sus jardines motivo suficiente para visitarlas y sacar fotografías.
Destacan algunas como el Museo Etnográfico, la casa Hindliyan, Klianti, la casa Stambolyan o la farmacia de Hipócrates, pero cada viajero encuentra su preferida por los detalles, la decoración o la historia particular detrás de sus antiguos dueños. Durante el festival de vino de Plovdiv muchas reciben en sus jardines a las bodegas que participan en el evento.
Para visitar las casas del Renacimiento Búlgaro podemos optar por un billete combinado que incluye cinco lugares entre las casas, el Teatro Romano, la pequeña basílica o la farmacia Hipócrates. Es una forma más barata si queremos entrar en varios lugares y museos.
Museo Etnográfico
Construida en 1847 por el arquitecto Hadji Georgi para el acaudalado comerciante Argir Kuyumdzhioglu, es probablemente el mejor exponente de las casas asimétricas del Renacimiento Búlgaro.
Cuenta con dos pisos de altura en su lado oeste y cuatro pisos de altura en su lado este, adaptándose a la pendiente del terreno, que desciende junto a la Puerta de Fortaleza (Хисар капия, Kapia Hisar ).
A principios del siglo XX la casa Kuyumdzhiouglu abrió como sede del museo etnográfico, centrado en objetos de la vida cotidiana. En su interior encontraremos prendas y vestidos, herramientas para el campo o la artesanía, muebles, instrumentos musicales, un alambique para destilar aceite de rosa del valle de Kazanlak, y fotos de época.
Es sobresaliente la decoración de madera tallada de cada estancia, diferente y particular en los 570 metros cuadrados repartidos en 12 habitaciones y salones. La entrada es gratuita cada primer jueves de mes para estudiantes y ancianos. El museo abre de de martes a domingo entre las 9:00 hasta 18:00, y la entrada cuesta 3 euros.
Casa Museo Balabanov
La Casa Balabanov es otra de las casas del Renacimiento búlgaro que causa mayor admiración. Su antiguo propietario Hadji Panayot Lampsha amasó gran riqueza como artesano y prestamista. Tras una rigurosa remodelación siguiendo el plano del arquitecto Hristo Peev, la enorme mansión abrió sus puertas.
Son características las alcobas, llamadas alafrangas, que simulan ventanas, proporcionando una perspectiva de espacios más amplios. En el interior las habitaciones muestran el mobiliario y el estilo de vida de principios del siglo XIX.
Casa Veren Stamboljan
Camino de la puerta Hisar nos encontramos la casa de Veren Stamboljan, en la en la ladera sureste de la colina Djambaz Tepe.
Su fachada blanca y motivos florales con orlas azules decoran su bello exterior. Es una de las casas más tardías del Renacimiento Búlgaro, construida en la segunda mitad del siglo XIX.
En las décadas de los 70 y 80 del siglo XX se le denominó la Casa de los Pintores de Plovdiv, acogiendo exposiciones de los artistas locales, y siendo un espacio de cultura. En 2010 pasó a presentar de forma permanente las obras del pintor de Plovdiv Dimitar Kirov-DiKiro, figura esencial del arte búlgaro en el siglo XX.
El interior de la casa Stamboljan derrocha suntuosidad con cubiertas de madera tallada en los techos de las habitaciones, y murales con motivos florales y geométricos.
Casa Lamartine
La Casa Lamartine es propiedad de la Unión de Escritores Búlgaros y por ello no resulta sencillo acceder a su interior. Fue morada de un marchante de arte llamado Georgi Mavridi, si bien el nombre de la casa recuerda a Alphonse de Lamartine, poeta francés que visitó Plovdiv en el verano de 1833.
La superposición de miradores proporciona mayor volumen a los pisos superiores en esta casa simétrica perfectamente ejecutada sobre el desnivel de la cuesta que nos lleva hasta el teatro romano.
Casa Klianti
Casa Klianti tiene a su lado la iglesia de San Demetrio, y a apenas unos pasos la Casa Lamartine. Siendo diseñada en 1816 es una de las residencias más antiguas que se conservan en Plovdiv del periodo del Renacimiento Búlgaro, aunque fue reconstruida en 1846 con una ampliación de la planta baja. Más adelante, en 1882 la parte del oeste de la vivienda se suprimió y se hicieron dos viviendas separadas.
De estructura asimétrica, su construcción fue el deseo del comerciante de tejidos Georgi Klianti. El austero exterior se compensa con un espacio interior rico en decoración, pinturas, esculturas de madera y policromías (motivos geométricos e incrustaciones de colores) en los techos de madera, frescos paisajísticos o los nichos alafrange.
Casa Stepan Hindliyan
La casa Hindlian es una de las pocas que se preservan intactas desde su construcción en 1835, cuando su dueño, un comerciante armenio que manejaba el transporte de productos como sedas y especias desde la India hasta Occidente, cumplió el capricho de poseer una de las mejores residencias de Plovdiv. De ahí proviene el apodo de Hindliyan.
Pese a que a veces cueste ubicarle y nos desorientemos, se encuentra junto a la Casa Balabanov y la de Ivan Furnadzhiev, otra bella Casa del Renacimiento Búlgaro poco conocida.
Los tonos azulados y las guirnaldas blancas pintadas en la fachada contrastan con la estructura de madera y las numerosas ventanas.
La demostración de lujo de sus dueños se observa nada más acceder al interior, con muebles, tapices, alfombras y frescos que evocan a Alejandría, Venecia, Lisboa, San Petersburgo, Atenas, Estocolmo o Constantinopla. Seguramente fueron ciudades que el comerciante visitó o eran destino de sus rutas comerciales, lo que influyó definitivamente en el estilo de la decoración en la que no faltan reminiscencias orientales, o detalles asombrosos como suelo radiante en el baño turco.
Casa Georgiadi – Museo Regional de Historia
Atravesando la puerta medieval Hisar encontramos dos bellos ejemplos de Casas del Renacimiento Búlgaro, empezado por la casa Georgiadi.
La impresionante fachada rojiza de la casa muestra adornos geométricos, vegetales y figuras zoomorfas. En la Casa Georgiadi se exhibe de forma permanente la exposición «El Renacimiento Nacional Búlgaro». Construida por el arquitecto Hadzhi Georgi por encargo del rico comerciante Georgi Kendindenoglou en 1848, como regalo a su hija para celebrar su matrimonio con un mercader griego llamado Dimitar Georgiadi. Hasta mediados del siglo XX fue habitada por los herederos de su yerno, hasta su venta al ayuntamiento de Plovdiv.
La exposición se centra en la historia de dominio otomano y su posterior liberación hasta la proclamación de independencia de Bulgaria.
Casa Nikola Nedkovich
Contigua a casa Georgiadi le sucede la mansión Nedkovich, sin duda una de las más esbeltas. El jardín precede a la casa, cuyo color amarillo impacta tanto en invierno como con los cielos azulados de verano.
El origen de la casa se encuentra en el comerciante textil Nikola Nedkovich -natural de Karlovo-, que en 1863 proyectó una vivienda con todo lujo de detalles y objetos personales de la familia aún hoy conservados.
Los techos de las salas cuentan con artesonado de madera cubriendo los techos y frescos de gran manufactura, así como una destacada colección de muebles de época.
Farmacia Hipócrates
La casa que el doctor Sotir Antoniadi construyó en 1872 funcionó como farmacia hasta 1947, en plena Segunda Guerra Mundial. Lo más interesante de esta casa del Renacimiento Búlgaro es el conjunto de objetos conservados, desde el despacho del médico hasta la tienda en la que se despachaban las recetas, pasando por las estancias en las que se elaboraban las medicinas a base de ingredientes naturales.
Antoniadi fue uno de los primeros titulados en medicina en Bulgaria y quiso honrar a Hipócrates de Cos, uno de los padres de esta disciplina con el nombre de su farmacia. Además de los instrumentos del farmacéutico hay que apreciar los techos decorados con rosetones y adornos florales.
Kapana el barrio de moda para tomar algo
Kapana se ha convertido en el barrio de moda de Plovdiv, con sus callejuelas llenas de bares, restaurantes y tiendas de artesanos locales.
El nombre de Kapana quiere decir «trampa», para algunos motivado por sus pequeñas y laberínticas calles, mientras que para otros proviene de que siendo en su día la zona comercial de los diferentes artesanos otomanos, la trampa era entrar y salir siempre sin dinero porque era fácil gastarlo todo.
Aún quedan de esa época los nombres de sus calles, aludiendo a los diferentes gremios de artesanos como Zhelezarska la calle del hierro/de los herreros, Zlatarska –calle del oro, Abadjiiska calle de losModistas, o Kozhuharska calle de los curtidores de piel.
Pese al incendio de 1906 que la asoló a principios del siglo XX, quemando las características casas otomanas de madera de dos pisos, fue reconstruido, siendo un barrio humilde pero muy céntrico al estar junto a la mezquita Dzhumaya.
El proyecto de recuperación de la capitalidad europea de la cultura de 2019 permitió darle una nueva vida, peatonalizando gran parte de sus calles y apareciendo nuevos comercios que recibían al turismo y a la gente joven local.
Hoy en día es una de las zonas imprescindibles de Plovdiv, con excelente comida de sus restaurantes, cafeterías elegantes y modernas -como Central Perk que es un guiño al bar de la serie Friends-, galerías de arte, talleres de artesanía, cerveza artesana búlgara (por ejemplo en el bar Cat & Mouse) y muchos rincones coloridos con grafitis, excelente excusa para una ruta de Street Art.
Knyaz Alexander I
Como señalábamos la avenida Alexander I cruza la ciudad de norte a sur, desde la mezquita hasta el foro. En su recorrido encontramos algunos puntos de interés como la estatua dedicada a Milo, un mimo y cómico sordo nacido en Plovdiv muy apreciado por sus habitantes o las coloridas letras de Plovdiv que recuerdan la capitalidad europea de la cultura en 2019.
Desde aquí hay un camino que asciende a la colina Sahat tepe /colina de Danov, coronada por la Torre del reloj, de 1623 pero sustituido por una nueva torre de 1812 con una altura de 17,5 m de altura, a la que se añadió en 1883 un nuevo gran reloj manufactura de Viena.
Caminando se llega al parque Stefan Stambolov en el que se encuentra el ayuntamiento y una fuente. Si seguimos adelante por la calle Alexander I a la izquierda se abre el espacio del antiguo foro romano y detrás el parque del Zar Simeón.
Parque del Zar Simeón
El gran espacio verde Plovdiv se ejecutó a finales del siglo XIX, siguiendo el modelo de los grandes jardines europeos bajo la dirección del arquitecto suizo Lucien Chevalas. Un paseo relajado por su interior nos descubre la la fuente de la diosa Deméter, el pabellón vienés y la gran “fuente cantarina” con espectáculos de luz y sonido. El espectáculo nocturno de las fuentes los jueves, viernes y sábado a la noche atrae a muchos curiosos durante el verano.
QUÉ HACER EN PLOVDIV
Además de todas las opciones de turismo cultural, en Plovdiv tenemos mucho ambiente tanto de día como de noche. Abundan las cafeterías, los bares de moda, restaurantes con gastronomía local y con opciones fusión. Las degustaciones de vino búlgaro en el barrio de Kapana nos permitirán acercarnos a la enología local, con opciones de visita a las bodegas en los pueblos.
CÓMO LLEGAR A PLOVDIV
Plovdiv está a dos horas de Sofía, la capital de Bulgaria, a cuatro horas del Mar Negro y a la misma distancia del Mar Egeo.
INFORMACIÓN DE PLOVDIV
Oficina de turismo
La oficina de turismo de Plovdiv se halla enfrente del Estadio Romano, ulica (calle). “Rayko Daskalov” 1. Allí proporcionan información y mapas de los lugares a visitar, precios de las entradas a los monumentos, así como el detalle de los eventos de cada mes del año.
Otro punto de información alternativo está junto al Museo Etnográfico: ul. “Doctor Stoyan Chomakov” 1.
MUSEOS DE PLOVDIV
Ya hemos hablado del Museo Etnográfico, pero Plovdiv pude presumir de muchos más como el Museo Arqueológico con sus Tesoros Tracios -como el tesoro del Oro Panagyurishte- y el impresionante Monumento a la Unificación Búlgara en su exterior, el Museo de los Iconos, la Casa del pintor Zlatyu Boyadzhiev, el Museo de Historia Natural o la Galería de Arte de la Ciudad.
Festival de vino
El festival Wine and Gourmet se suele celebrar en mayo y riega de vino las calles empedradas de Plovdiv. Bodegas de toso el país se reúnen en la zona del casco histórico para festejar al dios Baco. Durante el festival podemos degustar diferentes vinos en los puestos ubicados en algunas de las casas más representativas del Renacimiento Búlgaro, en museos o edificios singulares de Plovdiv.
El ambiente de la fiesta del vino es perfecto para combinar turismo por la ciudad y disfrutar de la estancia en Plovdiv con los eventos musicales que acompañan la fiesta.
Festiva Ópera Open
El Ópera Open es un festival al aire libre que se celebra en verano y cuyos precios son baratos. Merece mucho la pena para disfrutar de una «noche en la ópera» bajo las estrellas.
EXCURSIONES ALREDEDOR DE PLOVDIV
Desde Plovdiv podemos llevar a cabo rutas y tours a algunos lugares como el monasterio de Bachkovo, la fortaleza de Assen, la tumba tracia de Starosel -la más grande del sureste de Europa- , el valle de las Rosas de Kazanlak, o los restos de la ciudad romana de Hisarya.
DÓNDE DORMIR EN PLOVDIV – ALOJAMIENTO
Las opciones de alojamiento en Plovdiv van desde hoteles, bed and breakfast, hostales y apartamentos. En resumen, hay opciones para dormir. Uno de los hoteles recomendables es el Villa Flavia Boutique, un alojamiento que cuida muchos los detalles, céntrico y que además tiene en el subsuelo las ruinas de unas termas.
DÓNDE COMER EN PLOVDIV
En Bulgaria es sencillo encontrar restaurantes para comer bien y a precios moderados o baratos, y Plovdiv no es una excepción. Aunque el turismo ha aumentado y notaremos la diferencia -si comparamos con pueblos menos conocidos de Bulgaria- es también cierto que los precios de los restaurantes no son tan altos como en otras partes de Europa; y las raciones siguen siendo reseñables.
Las zonas con mayor concentración de restaurantes y variedad de tipos de cocina están en el barrio de moda, Kapana, pero si salimos un poco del casco viejo veremos lugares donde comen los lugareños a precios más bajos. En ocasiones los menús pueden estar en cirílico, pero si tenemos conexión a internet podemos usar Google Lens para traducir el menú.
En cuanto a las recomendaciones una buena selección de lugares para comer serían:
Rahat Tepe, al lado del Nebet Tepe. Raciones abundantes de comida búlgara y con buenos precios. Vistas de la ciudad desde la terraza a la sombra de los pinos.
Restaurante Pavaj, en Kapana, y que además tiene la carta en español.
XIX Vek. Fuera del casco viejo y junto al Museo de Ciencias Naturales. Encantador para una cena romántica o con amigos rodeado de gente local. Gastronomía búlgara, raciones grandes y precios económicos.
Aylyakria Restaurante. En Kapana, muy cerca de la mezquita Djumaya. Gastronomía búlgara pero moderna, fresca y contundente.
Saborna 23: Dentro de una mansión, el restaurante parece muy de lujo pero además de que se come muy bien con recetas búlgaras modernizadas, los precios no son muy altos.
Fork and knife. Juvenil, casual y fresco, comida rica y cerveza artesana búlgara.
Hemingway: Gran variedad de platos de comida búlgara con vino sobresaliente. En ocasiones hay música en directo.
CÓMO LLEGAR A PLOVDIV
Como veremos a continuación es fácil llegar a Plovdiv desde cualquier lugar de Bulgaria:
VUELOS A PLOVDIV
Pese a que hay un aeropuerto en la ciudad, no hay vuelos internacionales directos desde España o Latinoamérica a Plovdiv – sí algunos internos o chárter en verano a Reino Unido- por lo que tendremos que llegar a través del aeropuerto de Sofía.
Desde la capital podemos optar por medios de transporte público, excursiones organizadas o alquilar un coche para alcanzar Plovdiv.
TRANSPORTE PÚBLICO – AUTOBÚS Y TREN
La opción más rápida para ir de Sofía a Plovdiv es el autobús. Hay conexiones directas y frecuentes, incluso desde el aeropuerto. Tarda unas 2 horas y 20 minutos, y podemos ver los horarios y precios para comprar los billetes en este buscador.
Los autobuses salen desde la estación central de Sofía y la de Plovdiv está algo alejada del centro, por lo que una vez allí deberemos caminar o usar un taxi.
Existe la opción de llegar en tren pero no hay tantos horarios y el tiempo del trayecto es mayor que el del autobús.
COCHE DE ALQUILER
Desde Sofía hay 1h. 40 minutos aproximadamente de conducción en coche hasta Plovdiv para cubrir los 150 km siguiendo la carretera A1 que está en buen estado. El coche de alquiler lo podemos tomar en el aeropuerto de Sofía. Los precios son relativamente económicos y se recomienda adquirir la cobertura de seguro más amplia para movernos tranquilos.
Para aparcar el coche hay algunos parkings privados de hoteles si nos alojamos en Plovdiv, o aparcamientos en el centro para dejarlo. Gran parte del centro histórico es peatonal o con calles en cuesta debido a las colinas que dominan el paisaje. Recuerde que el sistema de parquímetros solo funciona con un SMS desde teléfonos búlgaros.
TOURS Y EXCURSIONES EN PLOVDIV
Hay bastantes opciones de tours y excursiones organizadas con guía español desde Sofía a Plovdiv. Algunas combinan Perushtitsa o Koprivshtitsa en el mismo día, pero por la cantidad de lugares a visitar en Plovdiv se recomienda dedicar el día entero.