Las aguas mecen la población de Nesebar. Conocida como la perla del Mar Negro, la población es una de las más bellas y antiguas de Bulgaria, y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1983.
A lo largo de más de tres mil años diferentes pueblos han habitado la hoy península de apenas 850 m. de largo y 350 m. de ancho, unida por un estrecho istmo. Conocida por su gran concentración de iglesias medievales y su coqueto conjunto de calles de adoquines en las que se levantan casas de madera, Nesebar sigue cautivando a los viajeros.
Historia de Nesebar
Comencemos por la extensa historia de Nesebar, nacida con el nombre de Menebria, como asentamiento tracio al sur del cabo Emine en el siglo VI a. C. en una isla frente a la costa.
La conquista griega a finales del siglo VI a. C., significó que el comercio de las polis helenas tuviesen salida al Mar Negro, ampliando la red comercial a través de la rebautizada Mesambria. Para la época de control bizantino Nesebar se había convertido en una de las ciudades más prósperas, independientemente de si el control pasase alternativamente de manos del imperio búlgaro o bizantino.
Tanto bizantinos como búlgaros impulsaron la construcción de iglesias, muchas de ellas durante el reinado del Zar Iván Alexander (1331-1371) que constituyó Nesebar como centro espiritual y religioso de su imperio.
Con la caída de Constantinopla y el avance otomano Nesebar fue capturada por los turcos en 1453. Afortunadamente la tolerancia cultural y religiosa fue mayor aquí que en otras ciudades, probablemente por las comunidades de diferente origen que tenían lazos comerciales que favorecían a todos. Eso significó que pese a la existencia del obispado turco, las iglesias bizantinas ortodoxas no fueron destruidas.
Hoy es otro tipo de visitantes los que llegan a Nesebar – cuyo nombre lo encontraremos también mencionado como Nessebar-, buscando disfrutar de sus playas, de la arquitectura típica y por supuesto su gastronomía.
En invierno Nesebar es un pueblo de ritmos tranquilos, mientras en verano la afluencia del turismo inunda tanto su centro como los alojamientos diseminados a lo largo de las playas. Es posible visitar Nessebar durante todo el año, pero al igual que en otras ciudades búlgaras de la costa del Mar Negro, la mayoría de los restaurantes, tiendas y bed and breakfast solo abren durante el verano, entre junio y septiembre.
QUÉ VER Y HACER EN NESEBAR
Nesebar nos brinda la posibilidad de disfrutar de las playas del Mar Negro al mismo tiempo que conocemos sus iglesias bizantinas, comemos pescado fresco y marismo, y nos asombramos con su casco histórico uniforme con casas de madera.
Para visitar Nessebar podemos optar por adquirir uno de los billetes combinados que engloban la entrada al Museo Arqueológico, el museo Etnográfico y las iglesias de San Esteban, Cristo Pantocrator, Saint Paraskeva y San Juan Bautista.
Molino de viento
Nada más entrar en Nesebar un molino de viento de madera nos recuerda que los vientos hincharon las velas de los barcos que comerciaban a lo largo y ancho del Mar Negro.
Aunque se desconoce su fecha exacta de construcción se piensa que fue durante el siglo XX, en el período del llamado ‘renacimiento búlgaro’. Es un lugar perfecto para tomar fotografías, con bancos junto al molino de viento orientados hacia la ciudad turística de Sunny Beach, situada a 5 kilómetros al norte de Nesebar.
Si encontramos el molino abierto podremos ver en su primer piso la sala donde se almacenaba la harina. En el segundo piso se encuentran las habitaciones en las que vivía la familia del molinero, y en el tercer piso se puede ver el mecanismo de piedra de molino que se conserva.
Estatua de San Nicolás
Acabando el istmo artificial con la carretera y el paso peatonal para llegar a la antigua isla, la estatua de San Nicolás -patrón de los marineros- se eleva a nuestra derecha saludando a los viajeros.
Murallas de Nessebar
Inmediatamente aparecen las aún hoy gruesas murallas, con diferentes bastiones y torres circundando su perímetro, que servían de defensa para la defensa de Nesebar ante los ataques terrestres y marítimos.
Los tracios fueron los primeros en alzar un sistema defensivo en el siglo VIII a. C.. La robustez del grosor de la muralla de con dos metros de ancho lo demuestra. Posteriormente los romanos una vez conquistada y convertida en Mesembria agregaron las torres.
Los gobernantes bizantinos tomaron el poder en el siglo V d.C., y restauraron la fortaleza, añadiendo torres cuadradas a ambos lados de la puerta y varias torres semicirculares.
Museo arqueológico
La visita al Museo Arqueológico de Nessebar -en la entrada de la población- sirve de introducción para entender la extensa historia que va desde los tracios hasta la actualidad, pasando por griegos, bizantinos, otomanos y búlgaros. A lo largo de diferentes salas se exponen objetos hallados en excavaciones arqueológicas o que pertenecen a las iglesias bizantinas, algunas ya en ruinas. Las piezas van desde el ámbito religioso al comercial, con piezas orfebres de oro, monedas -algunas acuñadas en la ciudad-, ánforas, cerámicas u objetos de mármol. Las explicaciones están en inglés.
Calles y casas de madera de Nessebar
Perdiéndonos por las calles de Nesebar que cruzan entre antiguas iglesias y casas de madera típicas del Renacimiento Búlgaro del siglo XVIII y XIX, descubrimos comercios con productos gastronómicos y souvenirs.
Las plantas bajas de las casas solían usarse para el ganado, mientras que el nivel superior era la morada de los habitantes de Nesebar. Casi todas las casas antiguas tienen un diseño único uniforme y son fotogénicas, especialmente temprano en la mañana, cuando no hay demasiada gente alrededor.
Iglesias
Se ha testimoniado la presencia de hasta 40 iglesias en la superficie de Nesebar a lo largo de los siglos, la mayoría ya desaparecidas o con solo sus cimientos visibles.
Iglesia del Cristo Pantocrátor
La Iglesia de Cristo Pantocrátor es una de las mejor conservadas de Nessebar. La preciosa decoración exterior muestra la maestría de los constructores bizantinos, con influencias románicas. En las paredes podemos apreciar líneas de discos verdes y un friso de esvásticas, antiguo símbolo solar asociado a la fertilidad.
Data del siglo XIII o XIV y es sin duda una visita obligada durante tu viaje a Nesebar. Aunque la iglesia es espectacular desde el exterior, también puedes explorar el interior, para admirar las ventanas en arco, los restos de frescos o la tumba medieval debajo de la iglesia. Actualmente, la iglesia funciona como museo.
Iglesia de San Esteban
Algo más escondida se encuentra la imprescindible Iglesia de San Esteban, cuya fase de construcción va de los siglos XI al XIII, con un anexo del siglo XVI. El interior de la iglesia sigue siendo como era en el siglo XVI, por lo que, al cruzar las puertas, sentirás que has retrocedido en el tiempo.
Cuenta con 258 murales y más de 1.000 pinturas que representan escenas del Juicio Final y los Milagros de Cristo. Esta iglesia es uno de los sitios culturales más importantes de Bulgaria y es una verdadera maravilla para la vista. Además hay un museo de arte sacro con piezas de la Edad Media y el Renacimiento.
Iglesia de San Juan Aliturgetos
En una de las zonas más bonitas de la ciudad, y mirando al mar está la Iglesia de San Juan Aliturgetos, la única iglesia de Nessebar que no está santificada. De hecho Aliturgetos en griego significa «no consagrado».
La razón es que durante su construcción en el siglo XIV -con un estilo no clásico bizantino- un hombre murió, y quizá por la superstición nunca se llegó a consagrar. Un terremoto de 1913 la dañó, pero aún conserva su encanto con las paredes exteriores de piedra y ladrillos alternados, y los patrones geométricos dentro de los arcos ciegos.
Teatro romano
Inmediatamente detrás de la Iglesia de San Juan Aliturgetos aparecen los restos del antiguo teatro del Viejo Nessebar. Además de ser un espacio de espectáculos y actuaciones, el teatro era un lugar de reunión. Hoy se siguen celebrando muchos eventos de temporada y conciertos de música.
Iglesia de Santa Sofía
La iglesia en ruinas de Sveta Sofia preside una de las plazas más bonitas de Nessebar. Se la conoce como «El Antiguo Obispado» y «Basílica de Santa Sofía».
Su origen es de finales del siglo V d.C., si bien fue reconstruida en el siglo IX con la planta actual, siendo parte del complejo del Palacio del Obispo. Fue uno de los templos más grandes con 25,5 metros de longitud y una anchura de 13m. distribuidas en tres naves de las que hoy se conservan parcialmente los muros y columnas. El revestimiento del suelo estaba decorado con ricos mosaicos de colores.
El abandono durante el periodo otomano hizo que en el siglo XVIII se viniese abajo el techo, quedando las ruinas que observamos. Aún así su sugestiva forma proporciona una atmósfera sugerente junto a los restaurantes y cafés que la rodean.
Iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel
La Iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel fue construida entre los siglos XIII y XIV, siendo una de las pocas iglesias de la región dedicada a los arcángeles.
Presenta la arquitectura de planta de cruz, típica de las iglesias bizantinas, con una nave y tres ábsides. Si bien gran parte de la iglesia está en ruinas -la cúpula y el campanario se derrumbaron-, las fotografías y los bocetos ofrecen una imagen bastante precisa de cómo fue la iglesia.
Iglesia de Santa Paraskeva
A la vuelta de la iglesia de los arcángeles Miguel y Gabril nos topamos con la Iglesia de Santa Paraskeva. Consta de una sola nave y su construcción es del siglo XIII. Los diseños de los muros de piedra y ladrillo muestran un patrón de diseño muy rico, como espinas de pescado, zigzag, casillas al estilo tablero de ajedrez y solares.
Basílica de la Santa Madre de Dios Eleusa
Siguiendo el paseo marítimo -y junto a una de las torres defensivas del perímetro amurallado que se conserva- se hallan las ruinas de la la Iglesia de la Santa Madre Eleusa.
La iglesia fue construida en el siglo VI y no fue descubierta durante una excavación en 1920. Fue probablemente el templo más antiguo de Nessebar, funcionando como monasterio, pero no queda mucho de ella excepto estas ruinas, tras el colapso que sufrió aparentemente por un seísmo. Aún se observa la planta de las tres naves, el nártex con los ábsides de cada nave y dos más pequeños en los laterales.
Iglesia de la Dormición de Theotokos
A diferencia de las iglesias medievales ortodoxas de época bizantina, la iglesia de la Dormición de la Theotokos es la Virgen Negra, un icono pintado de la Virgen María y el Niño Jesús, cuyo interés es meramente para fieles de esa doctrina.
Sveti Spas, iglesia del Sagrado Salvador
La Iglesia del Santo Salvador o Sveti Spas es una pequeña iglesia de una sola nave construida en el siglo XVII. Curiosamente fue la única iglesia construida durante la época de dominio otomana, y es por ello que su altura tiene unas dimensiones bajas, ya que, según las ordenanzas, no podía alzarse más alta que un soldado a caballo.
Pese a sus modestas dimensiones, las pinturas murales del interior de la iglesia son bastante interesantes. Los frescos del siglo XVII representan escenas de la vida de Cristo y la Santísima Virgen.
Baños bizantinos
Bajo el subsuelo se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas para sacar a la luz los antiguos baños bizantinos. Siguiendo el concepto de las termas romanas se han podido documentar cinco piscinas cálidas (dos de ellas semicirculares) y un salón central con grandes columnas de mármol y suelos de mármol. Al parecer la canalización de las aguas abarcaba toda la ciudad, constituyendo un hito hidráulico para la gestión del agua de Nessebar.
De hecho, paseando por las calles empedradas, podemos estar atentos para encontrar una de las pocas fuentes antiguas de agua potable que quedan en la ciudad. La fuente todavía vierte agua y la gente local acude a beber agua desde otros puntos de Nesebar.
Iglesia de San Juan Bautista
Muy cerca de Sveti Spas y los baños bizantinos se halla la iglesia de San Juan Bautista. La iglesia de planta cruciforme con cúpula tiene dos bóvedas cilíndricas que se cruzan en el centro. La cúpula cilíndrica se encuentra sobre la intersección mientras que el altar tiene tres ábsides semicirculares mientras que la cúpula está sostenida por cuatro pilares macizos.
Si bien la fachada es simple en comparación con la compleja estructura interior, es una de las iglesias mejor conservadas de Nessebar.
Museo etnográfico
Otro de los museos que podemos encontrar en Nesebar es un museo etnográfico ubicado en una la Casa Moskoiani, un edificio tradicional que fue propiedad de comerciantes del siglo XIX.
Sus fondos muestran desde muebles de esa época, como artesanías, trajes típicos, artículos del día a día o piezas de influencia otomana que durante los siglos que perteneció a los turcos acabaron quedándose como elementos de la población local. Normalmente solo está abierto en periodo de verano.
Cómo llegar a Nesebar
Nessebar está a 35 km al noreste de Burgas, que es la ciudad más grande de la zona y mejor conectada con otras como Sofía o Plovdiv. Si nos planteamos llegar a Nessebar desde Sofía tenemos que considerar que son siete horas de autobús, u optar por el vuelo al aeropuerto de Burgas, a apenas media hora.
La mejor manera de viajar en transporte público de Burgas a Nessebar es con el M-Bus o DS Bus en la terminal sur de la estación de Burgas. Busque la parada de autobús número 3 en la parte trasera de la terminal y espere el próximo autobús a Nessebar.
El autobús para en la Ciudad Nueva, pero debes bajarte en la última parada, que está frente a las murallas occidentales de la Fortaleza Vieja de Nessebar. Tarda 1 hora con una frecuencia de aproximadamente 1 o 2 autobuses por hora desde las 6:20 a. m. hasta las 22:50 p. m.)
Desde Sozopol hay un servicio marítimo llamado Fast Ferry, con barcos que cubren las dos poblaciones en 30 minutos, si bien solo es posible viajar de este modo entre junio y septiembre. También hay tours y excursiones que con pequeños barcos o catamaranes hacen minicruceros por la costa.
En coche de alquiler es sencillo llegar a Nesebar, ya sea desde Burgas o desde Sozopol, conectado por la carretera E87. En verano hay bastante tráfico de viajeros que quieren disfrutar de las vacaciones en las playas, y el exceso de rotondas supone tiempos extensos para movernos.
Los aparcamientos de Nesebar son de pago en época de verano, lo que sirve para evitar la concentración de tráfico en su pequeño tamaño. El parking está en el lado izquierdo según entramos a la población. Otra opción es aparcar en el pueblo nuevo y caminar hasta Nesebar por la carretera que une la antigua isla con el continente.
Playas de Nessebar
Tanto hacia el norte como el sur de Nessebar encontraremos extensas playas para pasar el día tomando el sol. Si optamos por el norte tenemos Cacao Beach, Nudy Beach (naturista) y Rumba Beach, todas antes de llegar a Sunny Beach, el gran complejo veraniego de la costa búlgara del Mar Negro.
Hacia el sur, y nada más salir del istmo aparece Nesebar South Beach, con aguas tranquilas y muy accesible para los que se alojan en hoteles de la ciudad nueva. Si continuamos el paseo marítimo y doblamos la costa aparece Rich Beach, una pequeña playa muy familiar, que está a unos 2 km del centro de Nessebar.
También hay una pequeña playas en la península de Nessebar, Buna Beach, junto a un pequeño muelle pesquero, y perfecta para un chapuzón rápido.
QUÉ HACER EN NESEBAR
Además del paseo turístico por las calles de Nessebar podemos navegar en una excursión en bote y explorar las bahías de Nessebar, Ravda y Pomorie; o en barcos que conectan con Sozopol.
Para las familias con niños hay actividades como la visita al Aquapark Nessebar, con 38 toboganes, 60 atracciones acuáticas diferentes y muchos trampolines, piscinas con spa, olas, un río lento y otro de aguas rápidas para hacer rafting. También cuenta con atracciones y montañas rusas.
Otro lugar muy visitado por los búlgaros es el castillo de Ravadinovo, en realidad una recreación moderna de una fortaleza medieval al estilo clásico, y rodeado de jardines y lagos.
Y para los jóvenes -o no tanto- que busquen fiesta nocturna, en la cercana Sunny Beach siempre hay ambiente en verano, con pubs, restaurantes y discotecas a lo largo de Flower Street.
Si somos más activos y deportistas podemos emplear el día en una excursión de trekking hasta Cabo Emine, el punto más septentrional de la Bahía de Burgas. Una ruta de unos 7 kilómetros comienza al norte del Cabo, en la playa de Irakli, una de las zonas más vírgenes de la costa búlgara del Mar Negro, a 40 minutos en coche de Nessebar. Otra ruta comienza en la ciudad turística de Elenite, situada a 11 kilómetros al oeste de Ermine y a 25 minutos en coche de Nessebar.
Tours y excursiones a Nesebar
Una de las actividades más divertidas es recorrer la costa de Nessebar en barco, con un crucero que te permite admirar las aguas del Mar Negro que bañan sus playas.
Dónde dormir en Nesebar – Hoteles
El antiguo Nessebar es bastante pequeño, pero hay muchas opciones de alojamiento disponibles. Podemos elegir entre algunos de los mejores hoteles de la costa del Mar Negro y pensiones para cada presupuesto. Hay que tener presente que en agosto los precios se encarecen mucho, y que en invierno muchos alojamientos cierran sus puertas.
Algunas recomendaciones son: el Hotel St. John Nesebar, el Boutique Hotel St Stefan, el St. Stefan Family Hotel, Castro Mesembria boutique hotel, Elizabeth Dy, Chateau Del Marina Complex Apartment, Valencia Gardens Luxury Apartments, Panorama Blue Hotel, Festa Panorama, Iris Hotel, Prince Cyril Hotel.
Si optamos por dormir fuera de «la isla», encontraremos hoteles y apartamentos en el Nuevo Nesebar o a lo largo de la playa de Sunny Beach.
Dónde comer en Nesebar – Restaurantes
La mayoría de los restaurantes de Nessebar se concentran frente al mar para aprovechar las vistas de la costa. Y muchos de ellos sirven cocina búlgara de la costa del Mar Negro, que consiste principalmente en mariscos, mejillones, pescado frito y a la parrilla o calamares. No olvide acompañar las comidas con un buen vino búlgaro.
Un lugar peculiar es el Cabar Ship, un restaurante en el interior de un barco, pero otras opciones son Plakamoto, el Restaurante Romantica & Panorama, Dalyan Akrotir, Kapitanska Srešta, Neptun Restaurant, ECO-Bar, Mehana Pri Shopite o el Old Sailor junto a la iglesia de Santa Sofía.